Nosotros habíamos ido cuando éramos más chiquitos, y ahora nos fuimos otra vez. Estuvimos en los juegos, y vimos montones de palomas, y loros3, y les dábamos de comer, y venían cerca nuestro, pero también había otros pájaros pequeños, que se llaman gorriones, que les quitaban todo. Los gorriones no son tan lindos como los loros y las palomas…
Después nos fuimos a un museo4, que está en el Parque Lezama, pero que era medio aburrido, porque tenía fotos y cartas, y algunas cosas más, pero nada divertido como el otro museo5 que fuimos…
Nos aburrimos un poco, pero igual no había mucho para ver.
Papi dijo que desde que era pequeño quería ir a ese museo y siempre estaba cerrado, pero ahora cundo fuimos no le gustó mucho. Y también se quejaba porque había unos cuadros de unos hombres que habían ido a matar a los indios.6
1-El Parque Lezama está ubicado en una zona de barrancas muy pronunciadas. En el sector noroeste del predio, un monumento recuerda la fundación de Buenos Aires, que presuntamente tuvo lugar en ese punto.
2-Se trata de un monumento donado en 1936por
3-Son las “cotorras argentinas”, de color verde y pecho gris, conocidos popularmente como “loros pecho gris”, y que en la última década comenzaron a repoblar el Gran Buenos Aires y parte de
4-Museo Histórico Nacional, en Defensa al 1600.
5-La visita al Museo del Bicentenario.
6-En el salón principal del Museo hay cuadros que conmemoran la “Campaña del Desierto”, que encabezó el general Julio Argentino Roca, y que “extendió la frontera de la civilización”, según los eufemismos de la época (1879) hacia el sur del país y
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